IFAI ante la crítica y el desprestigio
El vodevil del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, escenificado por sus actuales integrantes, deja mucho que desear del otrora considerado uno de los organismos mayormente reconocidos por su solvencia moral, sobriedad y profesionalismo en el que invariablemente se desempeñaba y asumía los asuntos públicos, permaneciendo casi incólume al señalamiento y al ejercicio de la crítica a la cual hoy se enfrenta con "méritos ganados a ley".
La llegada de Gerardo Laveaga quien sustituyó a la excelente gestión de Jackeline Peschard, ha sido la gota que derramó el vaso. Un personaje insulso, altamente cuestionado en sus responsabilidades anteriores, jurista pero igualmente literato, al parecer mas ocupado en asumir sus condecoraciones francesas que en desplegar una tarea que durante los últimos años ha servido a la sociedad en su exigencia de lograr una rendición de cuentas acorde y a la altura de nuestro país y sus ciudadanos.
Al tomar protesta como Presidente del Instituto, el pasado 21 de enero, Laveaga tuvo que enfrentar el cuestionamiento de sus propios compañeros como no conocer la Ley de Transparencia y ser, en propias palabras del Comisionado Angel Trinidad, "perezoso” por el retraso en la resolución de sus recursos de revisión.
Viendo las cosas como están, que se aderezan con el supuesto tráfico de influencias o conflictos de interés de otros comisionados (Sigrid Artz) no debemos dejar de lado que frente a la oportunidad que tiene el legislativo de poder fortalecer al IFAI, al darle autonomía operativa y técnica, vaya ligada esta reforma con una limpia profunda de quienes ahora no han sabido responder a la confianza de la sociedad.
Así deberá ser. El daño está hecho.
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