Quo vadis BCS?

En medio de un escenario barbárico donde diversos grupos desideologizados se disputan el poder político en Baja California Sur, a través de la entrega de lealtades hasta hace algún tiempo inquebrantables, inició un proceso electoral sui géneris, muy distinto a otros donde quedaba claro quién era quién, donde los arreglos cupulares eran más nítidos, menos palaciegos.

En la Sudcalifornia de hoy, quienes mandan no son las mayorías, no es el pueblo deseoso de un cambio que transforme una realidad que nos disgusta. En la sudcalifornia de hoy, mandan quienes mueven el ajedrez, quienes disponen a discreción del presupuesto; mandan quienes pueden comprar lealtades, quienes abdican a los principios y valores que alguna vez los formaron.

Para quienes hoy gobiernan nuestro Estado, la sociedad no existe más allá que para llenar plazas, para legitimar el poder en medio de organismos electorales que a priori, generan dudas razonadas.

La sociedad no existe, porque quienes la conforman son manipulados a partir de sus necesidades, de sus carencias que son producto de los malos gobiernos que los han convertido en carne clientelar.

En BCS no parece importarles, tampoco, que nos califiquen y que nos califiquen mal.

A nadie importa que estemos sumidos en los últimos lugares en transparencia y acceso a la información pública, con un grave nivel de opacidad en el ejercicio de sus presupuestos.

A nadie importa que los índices de nuestra economía vivan en el sótano, que la economía esté colapsada, que vivamos supeditados al gran empleador que es el sector público.

En mi estado han castrado la voluntad de exigir, de demandar un cambio legítimo.

Pregunto: ¿A dónde va Baja California Sur?. Cuánto desgobierno podrá aguantar una sociedad maniatada.

Y ahora, dónde quedó el PRI que debiera emerger de sus cenizas como el ave mitológica.

Dónde está el PRI renovado, el de esta generación de jóvenes que con buenas intenciones aún siguieron en manos del maniqueísmo de los dinosaurios que lo traicionaron y que contribuyeron ahora, a desaprovechar la oportunidad histórica de rescatar Baja California Sur.

El PRD convertido en un membrete, en una franquicia para legitimar al candidato del Gobernador, se enfrenta a su realidad, la desarticulación y atomización de sus fuerzas y la lucha del poder por el poder.

El PAN capitalizador de los errores políticos, tiene ante sí, la oportunidad histórica de ganar por primera vez BCS, pero en realidad ¿Quiénes serán los que en realidad ganen?.

Vuelvo a preguntar ¿Quo vadis BCS?.